Las fotografías de Evelyn Bencicova son como una perla lustrada, casi plateada e impoluta que no deja margen al error. Fina y contundente despliega una mirada aguda del cuerpo humano y su entorno. A los 19 años la operaron de la vista y descubrió que el mundo no estaba fuera de foco. Hoy tiene 23 y a la hora del shooting es una profesional que expande una obra de estudio incalculable. Aséptica y rotundas, sus imágenes observan y grita de espalda al mundo. Imposible no hipnotizarse con esta artista eslovaca. Nos dimos el gusto y acá te damos la nota.
¿Cómo dialogan el arte, la moda y la publicidad en tu carrera?
Trato de balancear entre el arte y la moda. Parecen dos términos en conflicto, pero creo que es posible sostener un concepto con un fuerte sentido visual y crear obras que los combinen. Cuando veo mi fotografía afuera, significa que está terminada y puedo seguir. Aunque deseo que mis obras se publiquen, me interesa más el trabajo de producir y crear que el de exhibir. Me parece que tanto Internet como las redes sociales son espacio público más grande que se pueda imaginar en estos tiempos. No pienso que mis fotos son para quedarse en una galería.
¿Por qué optas por el anonimato de tus personajes y locaciones?
Es algo que depende del tema de cada proyecto. Me interesa abordar lo anónimo cuando quiero destacar o enfocarme en algo más allá que la identidad. Algunas veces soy específica y otras lo más genérica posible. Siento que cuanto menos se muestra, existen más explicaciones posibles sobre lo que genera una imagen. Cuando elimino rostros, prendas e identidad de espacios o personas, me centro en retratar a cualquiera o a todos sin ningún tipo de clasificación.
¿Cuáles son tus pensamientos recurrentes a la hora de reflexionar sobre la raza humana?
Justamente, desearía que la mayor parte de mi tiempo tuviera un poco menos de pensamientos y más tranquilidad. Tengo una gran cantidad de preguntas y ninguna viene con respuesta. Creo se irán respondiendo con el paso del tiempo. Creo que para definir la vida hay que atravesarla sin ponerla en palabras.
La geometría atraviesa tu obra. ¿Qué es lo que más te atrae de ella?
Es algo que se puede ver claramente en Asymptote, mi última serie que oscila entre un escenario teatral y la fotografía arquitectónica. S trata de una curva específica que muestra a las personas como una estampa, como parte de una arquitectura social que se acomoda a un régimen. El mundo se reduce a una estructura geométrica que sigue reglas estrictas, y no deja espacio para la individualidad y la emoción. Hay uniformidad, paranoia.
Cada serie tiene una minuciosa elección de personajes y locaciones. ¿Cuánto tiempo le dedicas a cada una?
Lo manejo de manera personalizada y me puedo llevar desde minutos hasta años. Si el shooting es fuera del estudio, suelo empezar buscando la locación. No sólo por una cuestión de parámetros técnicos, sino también por el estado y la atmósfera que deseo generar. Necesito tener el espacio en frente y poder ver la historia delante de mí junto. Trabajo sólo con locaciones que voy encontrando. Nuestro presupuesto para los proyectos es y los modelos son generalmente amigos y gente que está dispuesta a formar parte de nuestras creaciones.
#MeGusta Hay tantos que me volvería loca si tuviera que elegir solo uno. Hagamos de cuenta que preguntaste por un solo artista (risas). Si te gusta mi obra, definitivamente adorarías al director de fotografía Roy Andersson.
