María Hesse y sus corazones. Ella y sus protagonistas que, con ojos grandes y expresivos, narran un mundo femenino poderoso y tierno. Viaja por las acuarelas y los plenos con una soltura segura casi ácida, y por eso nos conquistó. En el universo de la ilustración no todo es “simplemente dibujitos”, hay una persona que construye, siente y transmite su historia de una manera única y personal. Eso hace María, esta ilustradora española que no te podés perder.
Antes de dedicarte a la ilustración estudiaste educación especial. ¿Queda algún resabio de esa formación en tu día a día?
Cada vez me queda menos. Al principio quería especializarme en niños, pero mi discurso se fue alejando de esto. El salto fue terrible. Estaba preparándome para unos exámenes de ingreso para trabajar en la escuela pública y, de repente, frené de golpe lo que se suponía que sería mi “trabajo de verdad”. En mi entorno no agradó mucho, pero yo lo tenía clarísimo y fue de las mejores decisiones que tomé en la vida. Dibujo desde que tengo uso de conciencia. Desde pequeña, me gustaba contar historias a través de los dibujos y nunca dejé de hacerlo. Con 29 años, decidí que quería hacer de mi pasión mi profesión y desde entonces lucho todos los días por que esto sea así.
Tus ilustraciones son tan tiernas y dulces, como fuertes y oscuras. ¿Qué tipo sentimientos quieres transmitir en trabajos como “Tócame el corazón”?
La verdad es que no pienso mucho en eso a la hora de sentarme a dibujar. Normalmente dibujo algo simplemente porque me parece bonito. Luego, con el paso del tiempo, comprendo que sí tenía algo que ver con el momento vital en el que me encontraba – aunque tampoco es una constante -. En el caso de “Tócame el corazón” sí había un fin claro. En España burdamente se dice que los hombres no piensan con “el corazón”, y hace ver a las mujeres como las sentimentales. Por eso, me dieron ganas de expresar que las mujeres también somos seres sexuales, que eso no es algo “de hombres”.
¿Por qué los corazones son tan repetidos en tu obra?
Soy una persona muy exagerada con todo, por eso me parece que es la forma más clara de expresar mis sentimientos: con un corazón sangrante y descarnado. Hace cuatro años hice un dibujo del que ni yo misma quería ver lo que estaba expresando. La chica aparecía triste y melancólica y no volví a usar este recurso sino hasta un año después, con una protagonista en calma y feliz. El corazón al descubierto ya no era algo negativo. Creo que, sin darme cuenta, terminé usando al corazón como el transmisor de mis emociones.
¿Cuál sería un sentimiento recurrente en María Hesse?
Mi trabajo ocupa un espacio muy amplio de mis pensamientos, en todos los sentidos. Y sobre la vida en general, creo que es algo que finalmente se refleja bastante en mis obras y es el miedo a la soledad. Soy una persona que necesita y gusta de la compañía, la familia, los amigos, la pareja. Y en ese sentido, hoy estoy viviendo un momento muy dulce.
Tanto desde lo sufrida como desde lo florida, ¿podríamos decir que Frida Kahlo tiene influencia en tu obra?
¡Ojalá que sí! (risas). Acabo de terminar un libro sobre su vida ilustrado y escrito por mí, y se publicará el 20 de octubre en Editorial Lumen. Para poder hacerlo, investigué su vida en profundidad. De alguna manera, busqué reinterpretar cuadros suyos usando algunos de sus recursos mezclados con los míos. Ella tenía una capacidad única para expresar cómo se sentía a través de su obra y, sin dudarlo, creo que es lo más interesante de Frida.
#ArtistasQueRecomiendo Amigobuster, Irene Mala, Laura Agustí, María Melero, Cristina Martos Vela, Julio Serrano, María Luisa Benítez, Kristina Krize y Marta Chicote, entre otros.