Hoy la situación del proyecto de ley, a casi un año desde su ingreso al Congreso de la Nación, es la misma. Nada cambió ni se avanzó en su tratamiento. Estamos fallando frente a la oportunidad de cambiar la historia y crear un paradigma nuevo, no solo de conservación, sino de nuestra forma de relacionarnos con la naturaleza.
Es hora de dejar de darle la espalda al mar. Es tan parte de nuestro país como la tierra que lo compone. Tenemos que hacerlo propio y cuidarlo como tal, reconocerle todas sus bondades y de una vez por todas hacerlo parte de nuestra idiosincrasia argentina.
La creación de las áreas marinas protegidas trasciende partidos políticos, atraviesa generaciones, provincias e intereses y nos involucra a todos por igual con un objetivo final común: preservar el mar argentino. Por qué todavía el proyecto de ley no fue sancionado permanece un misterio.
Namuncurá – Banco Burwood II y Yaganes serían, en primer lugar, un logro y un legado para todo nuestro país. Un modelo a seguir de lo que significa el trabajo en conjunto, el consenso y la participación. Pero, por otro lado, serían, además, nuestra colaboración con un fenómeno global que no deja de expandirse; el mundo tomó conciencia del peligro que implica ignorar la realidad de los mares y los océanos y la Argentina no puede quedarse atrás.
Del 10% que nos comprometimos a proteger para el año 2020 hoy solamente contamos con un 2.6%, tenemos que empezar a honrar esa promesa y de sumarnos al avance firme y decidido hacia la identificación y creación de nuevas áreas marinas protegidas para mitigar los efectos del cambio climático, la contaminación, la desaparición masiva de especies. Sucesos que, lamentablemente, tendemos a pensar que no nos influyen, pero que afectan tanto a las economías que subsisten de este ecosistema como a nuestra alimentación, y que generalmente perjudican a los más vulnerables.
El Congreso de la Nación tiene hoy en día la potestad para sancionar la ley y finalizar una historia larga y compleja que comprendió, entre otras cosas, el estudio y la investigación por parte de distintas ONG’s e instituciones científicas, la creación del Banco Burwood, la sanción de la ley 27.037 que estableció el Sistema de Areas Marinas Protegidas, el Decreto 402/2017 que designó a Parques Nacionales como Autoridad de Aplicación del Sistema y finalmente el ingreso, a través del Poder Ejecutivo Nacional, de este proyecto de ley. La coyuntura actual no debería afectar que esta historia siga su curso ni impedir que este capítulo se cierre.
Es momento de darle al mar el respeto que se merece. Protegerlo, para lograr la revalorización de sus recursos y el ejercicio pacífico de su soberanía: año tras año es víctima de la pesca ilegal e incidental por parte de buques extranjeros dentro de la plataforma continental, perjudicando su salud y la de nuestras pesquerías. Para lograrlo es necesario hacerlo nuestro.
La creación de estas dos áreas, aumentaría la superficie total protegida alcanzando 102.000 km2, reduciría el esfuerzo pesquero en las zonas aledañas y se convertirían en un refugio para todas las especies que viven y transitan por sus aguas, las conocidas como la ballena fin, el pingüino de penacho amarillo, el albatros de ceja negra, el delfín cruzado, la merluza de cola y la sardina fueguina entre muchas otras, y las que todavía podemos descubrir.
Namuncurá – Banco Burwood II, es una extensión del ya existente Banco Burwood, fue concebida para conservar un talud escarpado con cañones submarinos en donde habitan conjuntos de especies frágiles y únicas del fondo marino como corales (corales verdaderos, blandos y falsos corales) y esponjas. Estos forman bosques de animales que dan refugio a otras especies. Abarca aproximadamente 28,973 km2. El Banco, es una meseta sumergida que al ser de menor profundidad que las áreas circundantes y gracias a las corrientes que lo rodean, genera el ascenso de nutrientes de las profundidades, generando una explosión de vida.
Yaganes, por su parte, se ubica al sur de Tierra del Fuego e Isla de los Estados, en el Pasaje de Drake que conecta el océano Atlántico con el Pacífico. Sus 69,000 km2 se acercan a las dimensiones de la provincia de Formosa (72.0066 km2), y su fondo marino se encuentra mayormente inexplorado, donde se han detectado cañones submarinos y se encontró evidencia de bosques subacuáticos que probablemente contengan alta diversidad de especies.
Los Diputados y Senadores que conforman el Poder Legislativo Nacional hacen de voz de sus representados, esa voz debería pedir que ambas, Namuncurá – Banco Burwood II y Yaganes, cobren vida. De alguna u otra forma el mar nos conecta, seres humanos, animales, continentes, países y ecosistemas. La necesidad que tenemos de crear estas dos áreas es urgente y es de todos. De los legisladores que son responsables de velar por nuestros derechos, y de la sociedad que tiene la obligación de exigir que lo hagan. No podemos seguir dejando que el tiempo pase o que las oportunidades se escurran. Necesitamos que este proyecto de ley sea sancionado.