“Usted y todos mis amigos escritores me han ayudado mucho y mejorado mi comprensión de muchas cosas”, dijo Joan Miró al poeta francés Michel Leiris en el verano de 1924, escribiendo desde la granja de su familia en Montroig, un pequeño pueblo enclavado entre las montañas. Y el mar en su cataluña natal. Al año siguiente, el intenso compromiso de Miró con la poesía, el proceso creativo y la experimentación material lo inspiraron a pintar El nacimiento del mundo.
En este trabajo de firma, Miró cubrió el suelo del lienzo de gran tamaño aplicando pintura en una sorprendente variedad de formas que recuerdan los procedimientos poéticos de azar. Luego agregó una serie de signos pictográficos que parecen menos pintados que dibujados, transformando la sintaxis rota, el espacio constelado y las imágenes de ensueño de poesía vanguardista en una forma de pintura radiante y altamente imaginativa. Más tarde describiría este trabajo como “una especie de génesis”, y sus amigos poetas surrealistas lo titularon El nacimiento del mundo.
Tomada de la inigualable colección de obras de Miró del MoMA, aumentada por varios préstamos clave, esta exposición sitúa El nacimiento del mundo en relación con otras obras importantes del artista. Presenta unas 60 pinturas, trabajos en papel, grabados, libros ilustrados y objetos, realizados principalmente entre 1920, el año del primer viaje catalítico de Miró a París, y principios de la década de 1950, cuando su lenguaje visual único se hizo famoso internacionalmente, para deshacerse de él. Nueva luz sobre el desarrollo de su proceso poético y universo pictórico.
Del 24 de febrero al 15 de junio de 2019, en el Museo de Arte Moderno.