Los sutiles y casi imperceptibles movimientos de un jinete logran en el Dressage que un caballo ejecute las pruebas más asombrosas, desde un simple cambio de aire, donde el caballo alarga o acorta sus pasos, pasando por los pilares piaffe o pessage, donde el equino alza sus rodillas y controla su movimiento en el lugar, hasta las más complicadas piruetas, giros en el sitio y movimientos en velocidad. La mano del jinete se transforma en la de un artesano, logrando que a su antojo la otra parte del binomio elabore trucos cada vez más difíciles.
Es la base de la equitación, una disciplina que se inició en la edad media, cuando oficiales de caballerías europeas comenzaron a practicar ejercicios para lograr ejercer un mayor control sobre sus caballos. Y es esa marcada tradición y exaltación de la perfección lo que seguramente llevó a Hermès a que sea este deporte el plato fuerte de su temática elegida para este año y que adelantábamos hace un tiempo en esta serie de videos: “A Sporting Life”, una celebración del ejercicio, el juego y la vida al aire libre.
No es extraño que cuando se habla de tradición, la casa de la H vuelva a sus raíces. Las primeras piezas creadas por la maison supieron ser, allá a principios del 1800, bridas y arneses para los carros de los nobles europeos, para luego evolucionar en los chalecos y pañuelos que adornan hasta nuestros días a jinetes y amazonas, hombres y mujeres por igual.
En este caso, entre boxes, carruajes y caballos, fuimos convocados por Hermès a presenciar una exhibición de dressage en el tradicional San Jorge Village, donde los jinetes argentinos Annie Busso, Vera Protzen y Luis Zone demostraron la belleza y elegancia de una disciplina abstraída del tiempo. Además, no faltaron el badminton, la rayuela y el croquet, así como cómodos sitios de descanso, para transformar el evento en una ocasión de disfrute sin igual y una demostración fiel del entusiasmo de la casa por su temática elegida para el desarrollo de sus colecciones a lo largo de este año.
Bolsos, carteras, elementos de decoración para el hogar y hasta la vajilla se adornaron en el 2013 con embocaduras, bridas, monturas y los mismísimos equinos en tramas multicolores. Los acentos, sin dudas, vinieron de la mano del sinfín de carrés dispuestos casi como cortinas en las caballerizas, donde las estampas ecuestres hicieron perfecta combinación con el marco, con la historia y con una mañana maravillosa.