A lo largo del mes de agosto, el artista portugués Bordalo II se pasó los días recolectando desperdicios por las calles de Lisboa. Lonas, ruedas viejas, cables eléctricos y restos de metales fueron reutilizados en sus obras más recientes para darle volúmen y que cobren vida sus fantásticos animales, mientras que las pilas de basura en lugares despoblados sirvieron las veces de junglas, lagos o colmenas para que vivan a sus anchas.