Comé algo rico: los beneficios de la Espinaca

Te volvemos a traer tips y consejos junto con Jardín Orgánico (léase, el mejor mercado de productos orgánicos online) para inspirarnos a llevar día a día una alimentación cada vez más saludable. Esta vez te contamos los beneficios y las propiedades de la espinaca.

Aunque comer este vegetal no va a hacernos mágicamente fuertes ni invencibles, muchas de sus propiedades son favorables para nuestro organismo. Las espinacas son una excelente fuente de hierro y sus sustancias antioxidantes ayudan a prevenir enfermedades. Asimismo, su alto contenido de vitamina A mejora la visión y la fibra que contiene y facilita el buen tránsito intestinal y causa sensación de saciedad. Además, los nitratos presentes en la espinaca aumentan la fuerza muscular, el hierro promueve la energía y vitalidad, y su vitamina K es fundamental para la salud de los huesos.

A pesar del aspecto “sencillo” de estas hojas verdes, la espinaca tiene una historia monárquica detrás… se cree que es de origen persa y que la esposa italiana del rey francés Enrique II: Catalina de Médici, las introdujo en la corte de Francia para rendir homenaje a su origen italiano y decidió bautizar cada plato que la contenía como “florentino”. De la familia de las remolachas, la acelga y la quinoa, la espinaca tiene un renombre bien ganado por sus beneficios para la salud.

¡Todos a comer espinacas, entonces! Y si son orgánicas, mejor, ya que no reciben pesticidas ni agroquímicos, entonces no solo tienen un mejor sabor, sino que conservan todos los nutrientes y propiedades de la verdura. A prepararlas en tortilla, crepes, puré, como relleno de canelones, o crudas en ensalada, combinada con quesos o frutos secos.

Algunos tips a tener en cuenta antes de poner manos a la obra: como está compuesta mayormente por agua, no hay que escatimar con la cantidad al momento de cocinarla porque se reduce mucho y queda cerca de un cuarto de su tamaño original. Al elegirla hay que fijarse que su color sea de verde medio a verde oscuro, que se vea fresca y que no presente signos de deterioro. Al guardarla en la heladera hay que hacerlo en una bolsa plástica sellada y sin apretujarla, para que se conserve alrededor de cuatro días. Si elegimos comerla cruda, hay que lavarla muy bien porque sus tallos y hojas pueden contener algo de tierra (¡pero no lavarla antes de almacenarla, porque la humedad la puede arruinar!) Si decidimos cocinarla, es mejor cocerla al vapor, saltearla o meterla en el microondas, en vez de hervirla, porque así se conservan mejor los nutrientes.

 

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