5 preguntas a María Luque

Los trazos más simples cobran un sentido lúdico en la obra de María Luque. Juego y diversión son aquellas cosas que transmite en sus dibujos, y es por esa razón que no necesita una etiqueta que identifique su estilo. Te presentamos a esta artista que hace de cada línea un guiño y de un momento solemne una risa. Vayamos a pasear por ese universo pícaro que a veces nos olvidamos de vivir.

¿Por qué los personajes de tus obras siempre están flotando en el aire?

En un principio, me costó bastante ponerme a pensar en cómo dibujar el espacio. Pero, más tarde, fui notando que me gustaba la idea de que el espacio fuera un poco raro y con perspectivas horribles. Si dibujo, por ejemplo, cuatro personas y una mesa, no es necesario que todo esté acomodado y cada uno en su silla como en la vida real. Pueden estar todos contorsionados, apilados o flotando alrededor. Eso es lo mejor y lo que más me divierte. En un dibujo puede pasar de todo.

¿Qué significa “merienda dibujo”, el nombre de tu blog?

Cuando era chica, lo que más me gustaba era invitar a mi prima o a mis amigas a dibujar y merendar en mi casa. De alguna manera, merienda- dibujo es eso. Un proyecto que comencé hace tres años, porque me resultaba aburrido dibujar sola. Empecé invitando artistas de mi ciudad (Rosario) a mi taller, armé un blog y subí algunas fotos de cada encuentro. Es una buena manera de aprender de otros dibujantes, ver qué materiales tienen en sus cartucheras, mirarlos trabajar. Además, es una excusa para conocer a gente que admiro, e incluso hacer amigos cuando llego a alguna ciudad en la que no conozco a nadie.

¿Qué camino recorriste para elegir esta técnica de trazo y dibujo simples?

En realidad, dibujo así porque no me sale de otra manera. Nunca entendí el concepto de la perspectiva. Tampoco tuve facilidad para copiar, ni destreza técnica con ningún material. Durante un tiempo eso me frustraba un poco, pero en realidad, ahora entiendo que no me atrae demasiado el virtuosismo. Si veo el dibujo de un caballo perfecto, y al lado el de otro medio deforme, seguro me quedo mirando el deforme, el ojo se me va solo.

¿Cómo explicarías la diferencia entre un dibujante y un ilustrador?

Cuando tengo que completar un formulario, en el casillero de la ocupación anoto: dibujante. Creo que me siento más cerca de la ilustración cuando hago trabajos por encargo, cuando trabajo para interpretar la idea de otro. Pero, de todas formas, no me gusta mucho enredarme con las definiciones. Siempre pensé en mi trabajo como dibujo, me siento más cómoda ahí, suena más simple.

Muchas de tus obras representan momentos de caos como el robo de un cuadro en un museo. ¿De dónde nace la inspiración para crearlos?

Me encantan las catástrofes, pero sólo en los dibujos. Me gusta pensar que, en lugares tan solemnes como los museos, también pueden pasar cosas terribles. En un segundo de distracción un montajista se puede tropezar y destrozar pintura, o alguien se entusiasma en una charla y vuelca el vino sobre una obra. Disfruto creando esas escenas gigantes con un montón personajes y acciones  al mismo tiempo.

#MeGusta

También me nutro de muchos artistas, pero nunca me acuerdo el nombre de nadie. Así que disfruto de recomendar a amigos como Nadia Drubich, La Watson, Powerpaola, Amadeo Gonzáles, Silvia Lenardón, Pauline Fondevila, Javier Velasco y muchos más.

 

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