Hoy, 18 de octubre, en Argentina se celebra el día de la madre. Amor incondicional por definición, quisimos aprovechar la sección para compartir esa comida que nos trae recuerdos de la infancia, esos platos que pasaron de generación en generación para hoy ser una de nuestras cartas fuerte de presentación cuando queremos darnos un gusto con un toque de nostalgia.
Esta receta se las comparto desde el corazón. En mi familia, mi abuela era una de esas cocineras que te esperaban en el asado de los domingos con una bandeja repleta de buñuelitos de acelga para acompañar la entrada. Los ha hecho con espinaca, una vez los recuerdo hasta con lechuga, pero el resultado siempre era igual: quedaban increíbles.
Mi abuela ya no se acuerda de mucho, pero un día mientras la visitaba, en un momento de lucidez no sólo recitó de la receta completa, sino que le sumó dos secretos clave, que van a hacer que estos sean, sin lugar a dudas, los mejores buñuelos que hayan probado. Es casi un desafío, ¿los arman y me cuentan? Yo, por mi parte, brindo a su salud, a la de mi mamá y a todas las mamás y abuelas que nos supieron llenar la panza y dejarnos con el corazón contento.
Buñuelitos de acelga (de la abuela)
*40 minutos*
(Por Mundo Flaneur, Itsvan y Reinaldo, fotos de Sofi Garay,
con vajilla de Paul French Gallery, producción de Mundo Flaneur)
INGREDIENTES (para 10 a 15 buñuelitos)
•1 atado de acelga
• 2 huevos
• 1 chorrito de soda
• 1 taza de harina
• ⅔ taza de leche
• Aceite de girasol o maíz para freir
• Sal
VAS A NECESITAR…
• 2 bowls
• un batidor eléctrico
• una espátula
• una olla
• una sartén o freidora
• una espumadera
• una tabla de picar
• un cuchillo
• una cuchara
PREPARACIÓN
Llená la olla de agua y ponela a calentar en una hornalla con fuego alto. Una vez que rompa hervor, poné la acelga y hervila durante 5 minutos. Retirala con una espumadera y dejala enfriar, escurriendo el agua lo máximo posible.
En un bowl, separá las claras de las yemas. Batí las yemas con la harina y la leche hasta lograr una mezcla chiclosa (apenitas un poco más líquida que un engrudo). Sumale un chorrito de soda para mejorar la consistencia, y una pizca de sal.
Mientras vas calentando el aceite para freir, picá la acelga e incorporala a la preparación, mezclándola bien para que quede uniforme. Una vez que veas que el aceite está casi listo, batí las claras a nieve e incorporalas con una espátula y movimientos envolventes a la mezcla. ¡Ojo! no la mezcles de más, que la idea es que las claras no se bajen para que los buñuelitos queden más esponjosos.
Con una cuchara volcá porciones de la mezcla en la sartén, y doralos de ambos lados antes de retirarlos y escurrirlos en servilletas de papel. Todavía calientes, agregales un poco más de sal, servilos tibios (¡si te podés aguantar a que se enfríen un poco!) y ¡a disfrutar!