El fotógrafo Aleksandr Abrosimov capturó en las playas de Stroomi beach en Estonia un fenómeno natural extremadamente raro, que gracias a la combinación de una serie de factores climáticos muy particulares convierten a la mezcla de agua de mar y arena de la orilla en bolas de hielo de entre 5 y 10 centímetros de diámetro. Con la temperatura rondando los 20 grados bajo cero, este colchón que parece un envoltorio de plástico con burbujitas debe ser extremadamente frío para pisar.