De una larga y exitosa trayectoria, Fernando Vega Olmos funda agencias, trabaja en varias partes del mundo, colecciona premios y aterriza en Madrid en 2006. En 2014 junto a Alex Palette crea PICNIC, su agencia con doble pasaporte: Argentino y Español.
¿Porqué Madrid, Fernando?
Nosotros tenemos oficina en BsAs , proyectos globales , clientes en Londres y otras ciudades pero vivimos en Madrid y pasamos la mayor parte de nuestro tiempo acá.
Siendo una ciudad europea Madrid todavía tiene una calidad de vida afrontable en términos de lo que ofrece y al precio que lo ofrece, una ecuación que funciona mejor que para Londres o Berlín. Además es una ciudad en la que está bueno vivir.
Hace un tiempo que trabajás en la agencia con Fer, tu hijo. ¿Cómo es trabajar con un hijo?
A nosotros nos divierte y nos gusta. Supongo que para mí debe ser más fácil que para él – se rie – pero tenemos una muy buena relación previa y al pasar tanto tiempo juntos se descubren cosas que en una relación normal de padre e hijo pueden quedar ocultas. Si se puede, vale la pena, pero ¡ojo! padre e hijo trabajando juntos muchas horas al día no es para cualquiera!
Hace años, antes de las Redes Sociales, en publicidad se acostumbraba a decir “menos era más”. ¿Dónde queda hoy esa premisa?
Hoy las redes son justo al revés. La publicidad hoy no apunta a seducir a una audiencia interrumpiendo un entretenimiento con un comercial – que tenía que ser breve, contundente, divertido – como era en los medios tradicionales como la tele o la radio.Las redes funcionan más como un imán, te permiten buscar lo que a cada uno le interesa. La marca te tiene que ofrecer profundizar en eso con cada click. Vos ya no definís la duración de la experiencia, la define la persona que se interesa en ese contenido.
¿Cuánto pesan las opiniones de los “influencers” sobre una marca?
Para ser creíble el influencer tiene que encarnar los mismos valores que encarna la marca, así sí funciona y muy bien. El tener mucho tráfico y muchos seguidores no garantiza nada si entre la marca y el influencer no comparten valores comunes, en ese caso, el influencer le suma aspectos cualitativos y logra determinada influencia que la paid media no conseguiría nunca.
¿y cuándo no funcionaría?
Si se llega a oler algún “tufillo” muy comercial, la cosa se desmorona porque los followers enseguida se dan cuenta de que el influencer está medio vendiendo su alma al diablo, que trabaja para cualquiera y eso le quita credibilidad.
¿Cómo se adaptan las marcas a todo esto nuevo? ¿Les cuesta adaptarse a la velocidad en que se mira Internet?
En realidad ya todo esto no es tan nuevo y las marcas más antiguas se adaptan relativamente rápido. Es todo un aprendizaje. Tienen que resetearse y evolucionar hacia otra relación con la gente porque compiten con marcas que ya nacieron y se construyeron así.
Hoy, las cinco primeras marcas del mundo, como Facebook, por ejemplo, se construyeron de forma muy distinta a la que lo hicieron marcas como Coca Cola.
Lo que ha cambiado principalmente son las personas y su modo de ver contenidos. Hoy que podés elegir vivir tu vida y acceder a contenidos sin ver un solo mensaje comercial de una marca, la cosa va mucho más de atraer que de interrumpir.