Transparencias, bordados, volados y un toque de color. La colección de verano de Soifer tiene todo lo que queremos para arrancar esta temporada. Desde trajes de baño, pasando por vestidos y una línea de denim más que interesante, vas a poder encontrar mucho de esta marca ascendente en los próximos días de Roomie, la feria de diseño independiente que mas nos gusta.
Aprovechamos para hacerle unas preguntas a su diseñadora, Mia Soifer, para conocer mejor de que va lo que hace.
¿Cómo nace Soifer?
Venía desde hace un par de años trabajando para otros diseñadores, a la par que me estaba recibiendo de Diseñadora de Indumentaria en la UBA, y no estaba del todo conforme con hacer sólo producto, porque sentía que me perdía de explotar todo eso que me había dejado tantas noches sin dormir en la facu. Asimismo, tampoco estaba contenta con la idea de hacer exclusivamente diseño de autor, porque sentía que un proceso tan lento hacía de las prendas algo caro e inaccesible para la mayoría. Me faltaba encontrar un lugar en donde yo pudiese trabajar desde lo personal, pero haciendo prendas fáciles de producir y vestir.
La marca nace con la idea de trabajar en esa dirección, procurando hacer un producto auténtico, que nazca de una exhaustiva investigación, pero entendiendo las limitaciones a la hora de producir, simplificando procesos, para llegar a un producto bueno, y sobre todo no caro. Me interesa que el diseño de autor sea accesible, no solo desde lo económico sino también desde la usabilidad.
¿Cómo es tu día a día?
Estoy convencida de que el mito ese de levantarse un día mágicamente con una idea genial, no existe. En mi trabajo, por el contrario, la inspiración y las ideas van surgiendo a medida que voy haciendo o investigando. La cuestión está en estar alimentando la curiosidad todo el tiempo, no importa demasiado como… de todo lo que uno vive o hace, van surgiendo disparadores.
Cada día en Soifer es distinto, dependiendo de la época del año; hay momentos de mucha investigación y experimentación material, hay otros de bajada a producto, con reuniones con proveedores y talleres, y otros días de puros números. Definitivamente los días más divertidos son los de la venta, porque me encanta conocer a mis clientes y ver cuáles son las cosas que les gustan y cuáles no, ¡porque aprendo muchísimo de ellos!
Me resulta muy importante estar en todas las partes del proceso, desde que nace la prenda hasta que se vende, para mejorar todos los días el producto.
¿Cómo describirías tus diseños?
Hago prendas para todos los días, fáciles de usar y combinar, para que cuando encuentres esa que te guste, la puedas usar hasta el hartazgo, sabiendo que hay alguien detrás que pensó en cada detalle.
¿Que inspiración tiene la temporada de verano?
De chiquita siempre me encantaba disfrazarme de princesa, pero nunca podía estar del todo arreglada porque siempre fui bastante torpe. Me manchaba con los marcadores, se me rompían las cosas… Siempre me costó la prolijidad, sobre todo porque no tengo nada de paciencia.
Mi idea para esta colección fue trabajar esta idea de lo arreglado desde el punto de vista de una persona que no puede ser prolija. Como una princesa a medio hacer. De ahí surgen vestidos con volados mullidos que se van deshaciendo, prendas que se atan, o bordados a mano a modo de remendados, inclusive flores plásticas con brillos pero cosidas con cruces.
Para esta colección desarrollamos especialmente termoformados en plástico, bordados a mano, estampas y tejidos.
¿Cuáles son las prendas que nadie se puede perder de la colección?
Los vestidos princesa transparentes, los tejidos abiertos y la línea de denim, que es sin dudas mi preferida de la colección.