Muy popular en los años ´70 y ´90 de la mano de las cantantes Joan Jett y Debbie Harry o el mismísimo Rod Stewart y más tarde con las actrices Meg Ryan y Jennifer Aniston, el famoso corte shaggy se reinventa esta temporada para convertirse en uno de los favoritos.
El término “shag” deriva de “shaggy” que significa despeinado y enmarañado, conceptos que representan y definen claramente a este estilo informal, inspirado en los años ´70 y ´90 en donde las capas de cabello con distintos largos y las terminaciones despuntadas se veían en todas las pasarelas y escenarios de la época.
Este corte se caracteriza por sus capas, que se adaptan a la forma de la cabeza, y el flequillo. El capeado irregular tiene como objetivo alborotar el cabello para darle volumen, sumado a las puntas rotas le aporta un desorden al pelo dándole un acabado natural único.
El shag es ideal para las que tienen el cabello fino ya que el capeado le da volumen y movimiento a la melena. Pero, básicamente, se adapta a todos los largos por lo que se puede llevar corto o largo dependiendo de lo que estás buscando.
En este corte el flequillo se lleva largo abierto a la mitad o hacia un lado, y el resto del cabello se puede lucir con ondas suaves poco marcadas que otorguen un efecto “desordenado” o natural, como resultado de las capas.
Cómodo y versátil, lo bueno de este corte es que le va bien a cualquier tipo de rostro y pelo. Es un “despeinado casual” que genera ese efecto natural que tiene el cabello cuando recién nos levantamos ya que las capas permiten que el pelo siga su propio movimiento.
Por Matías Costantini, Dueño y estilista de Kickaboo Peluquería (Libertad 1222, Recoleta. Web: www.kickaboo.com.ar)