El viernes 12 de mayo, a partir de las 19:30 hs inaugura la muestra ‘Historia de un malentendido’ del artista Eduardo Pla & ‘Fósil’ de la artista Eva Shin.
Espacio Pla presenta ‘Historia de un Malentendido’, una muestra de Eduardo Pla con la curaduría de Merlina Rañi, que permanecerá estable en la planta alta y se articulará con las distintas muestras que se sucederán en la planta baja a lo largo del año; comenzando con la artista Eva Shin que presentará la exposición temporal Fósil bajo la curaduría de Lux Lindner.
El trabajo de Eduardo Pla puede considerarse dentro del tipo de obra que fue creada para el goce, desarrollada mediante un lenguaje lúdico que hoy podemos decir, fundó su filosofía en lo relativo a la creatividad. Los contextos que atravesó en su carrera quedaron implícitos en su producción y dan cuenta de un relato: un artista que experimentó diferentes medios, siempre vinculados a las nuevas tecnologías, desde los albores de la revolución informática a fines de los años 60, hasta la segunda década del siglo XXI, presenta en su cuerpo de obra muchísimas pistas, a partir de las cuales la historia se manifiesta en diversas capas de lectura.
La selección de obras de Historia de un malentendido, está dispuesta en función de algunos de esas capas, pero enfocada en la historia del arte tecnológico en Argentina. A partir de algunos temas críticos que mantienen vigencia – como ser, la relación del arte tecnológico con el discurso tecnocrático o la supuesta neutralidad de estas manifestaciones hacia su contexto – fueron invitados siete artistas de nuevas generaciones a dialogar con la selección de obras de Eduardo Pla, que irán presentándose mes a mes: Kevin Kripper, Diego Alberti, Azul De Monte, Sebastián Tedesco, Lolo Armdz, Patricio González Vivo y Manolo Gamboa Naón. A su vez, el artista Guido Corallo, fue invitado a seleccionar la sección de piezas gráficas dentro de la curaduría. Toda esta instancia de diálogo y experimentación tiene el fin de generar formas de debate y conversación dentro del lenguaje mismo de la curaduría.
Por su parte, Fósil presenta parte del corpus de obra de la artista Eva Shin, donde existe una indagación consciente por distintas aristas que involucran a la tecnología. Una propensión a relacionar texturas y emociones diríase desde lo formal-optimista, colorimetrías fosilizadoras del tejido biológico. Una lanzadera decidida que es cable a tierra de varias tradiciones superpuestas a las que no se quiere disolver del todo. Gusta de la pintura de caballete y la recrea a su modo, traducida como pinceleta en loop de las grandes proyecciones sobre pared, acompañada por su propia propuesta sonora. Decantado de una polaridad que no se busca achatar; Naturaleza y Asfalto.
Shin presenta al artista y su obra como un fósil proyectado hacia el futuro. La obra logra su cometido al apartarse de las definiciones autorreferenciales y nepóticas sobre el empleo de la tecnología. Usa la máquina, pero hace punto seguido y línea sobre el plasma. En palabras del propio Lux Lindner ‘el porqué del cubo que gira, el fósil con siglos de estabilidad en sus aristas y tangentes, lo que no se orbita más que a sí mismo y no puede ser transportado en la combi del tiempo presente. Aquello que tiene puntas pero no tangentes, de momento, y usa la rotación sobre sus ejes para completarse una vez salido de la lanzadera’.
