Nota enviada por Clara Von Jonker.
Abdul Vas sabía que había algo más fuerte que aquello que había oído y, al principio, no pudo encontrarlo, pero tras un tiempo descubrió cuatro letras: AC/DC. Cambió su vida. La deslumbrante y desenfrenada guitarra, el grito que encendía el desahogado reino del rock ‘n’ roll. Y de ellos absorbe su agalla. ¿Cómo?, alguien preguntó. Fusionando perfectamente su espinazo, rock ‘n’ roll, blues y jazz, alcanzando nuevas alturas en rapsódicos y extendidos solos, a menudo con violentos y precisos toques en lino belga. En mi opinión, la vida de Abdul venerando esta banda de rock australiana resuena en el músculo de los personajes que pueblan sus obras. ¿Los pollos?, interviene otro rápidamente. Si, los pollos. Os contaré una historia sobre los pollos. Estaba pasando el tiempo con Abdul Vas, que estaba apoyado en unas tiras cómicas cuidadosamente exponiendo los dibujos de los cuales representaban pollos, camiones Navistar y Cincinnati Reds. La ardiente música de AC/DC inundaba toda la taberna en ese barrio de Parbo alas afueras de Kippenland City con una llamarada verde. Los ojos verdes y sombras oscuras de gente por encima de su hombro, mirando su dedo negro con esa uña gris fluyendo por cada papel, señalando con áspera euforia los momentos anteriores y posteriores del surgimiento de AC/DC.
Ha dedicado gran parte de su atención estética y de su búsqueda poética a establecer una relación vital entre el arte contemporáneo y la banda de rock ´n Roll australiana AC/DC.
El trabajo de Abdul Vas aborda en gran medida sus obsesiones con AC/DC, con los símbolos del sueño americano, el trabajo de Vas consiste en representaciones de gallos agresivos y bien dotados que representan el elemento de la cultura estadounidense y su fijación por el Japón Actual.
Su trabajo también aborda otras temáticas como son su acercamiento y vinculación al equipo de béisbol estadounidense Cincinnati Reds, MLB, Malcolm Young, The Rolling Stones, Slayer, Metallica, The Black Crowes, Muddy Waters, SUV, Rock NRoll y los símbolos del poder imperialista norteamericano: los camiones navistar, las relaciones físicas con camiones, el comic de culto Akira. el simbolismo judío, el placer, la rebelión y el poder en situaciones enigmáticas que reflejan dramas privados.
Con una intensidad visual extraordinaria logra trasmitir la fuerza, el poder y la grandeza de la banda de rock duro mas grande de todos los tiempos. Potenciando varias formas de expresión para su particular tributo, Abdul Vas trabaja con diferentes técnicas artísticas que van desde la escultura, pintura, collage y hasta el dibujo como intervención, Sus pinturas son un cruce de elementos estéticos: agresivos, violentos, y ostensiblemente marcados por un manejo frenético del pigmento, que, no obstante, destilan una elegancia y una tensión formal muy especial y única. Con la Pintura es donde Vas desarrolla su poética mas precisa y sosegada de poder. Ahí pone en valor este medio sorprendente para canalizar y procesar el excesivo torrente de imágenes que le rodean en su mundo.
Es su manera de controlar el caos, o por lo menos hacer una pausa pulsando el interruptor el tiempo suficiente para su disección y análisis.
La forma en que el artista reúne elementos individuales para formar un todo nuevo con la ayuda de la yuxtaposición de imágenes genera una atmósfera perturbadora que oscila entre lo abstracto y lo narrativo, lo expresivo e icónico, técnicas complejas y otras muy simples y crudas. La entrega sin límites a una subcultura cuya estética atemporal y delirante parece reforzar la trascendencia incuestionable de AC/DC, es la fuerza liberadora que encontramos en sus propuestas llenas de intensidad y retos estéticos. La producción artística de Abdul Vas se desarrolla en un campo altamente experimental que va en muchas direcciones. Principalmente persigue fines estéticos para la devoción a AC/DC y en otros casos funciona como una suerte de catarsis para las imágenes que pueblan su inconsciente y nuestro época que, quizá sólo tienen sentido para él, pero siguen siendo un enigma desafiante y enriquecedor para los demás.
En ese bloque mágico, por qué no putear a esa terminología freudiana también, los logos metal, las aserciones e invasiones autobiográficas, AC/DC, demostrándose abusivas de imagen en todos sus aspectos, posibilitan al espectador estar asombrado, molesto, identificado o soñador frente a una misma pintura. Ese es el objetivo de toda belleza actualizada, constituir al espectador en un usuario obsesivo.
Podemos pensar que a la pintura le ha pasado algo así como a los pollos, que se le ha observado como una naturaleza del hombre epocal antes que como pintura y así infantilizada, pop, brutal o expresiva o decorada asumía su lugar infantilizado, es decir contemporáneo.