Para este invierno estaba decidido: nada de nieve, nada de frío… los flâneur queríamos arena y sol, así que nos fuimos al paraíso.
Nos lo tomamos un poco literal. El Atlantis Paradise Island, en Bahamas, es, más que un resort, una ciudad dedicada a que pases las mejores vacaciones de tu vida. Con más de 3 kilómetros de playas privadas de arena blanca, 6 diferentes opciones de alojamiento, desde habitaciones simples a suites ultra lujosas, con restaurants para los paladares más exigentes, un parque acuático de 57 hectáreas, hábitat marino albergando a más de 250 especies de animales acuáticos y el casino más grande del caribe, el hotel tiene algo para todos los gustos.
Hay muchísimas cosas por hacer, y la vasta oferta logra que el hotel pueda adaptarse tanto para familias como para grupos de amigos. Un día ideal arranca bien temprano, desayunando los mejores eggs benedict de la isla en Olives, el restaurant del chef Todd English. Le sigue un rato de relax en la playa de Cove, uno de los sectores más exclusivos del resort, con cabañas privadas que pueden alquilarse durante el día o cómodas reposeras para disfrutar de la espectacular vista.
Para el almuerzo, nos damos un gustito del sur de Estados Unidos en Virgil’s BBQ, con un sandwich de cerdo incomparable. Y de ahí, sin escalas, al parque de agua. En el Mayan Temple, ubicado en el centro del resort, nos encontramos con Leap of Faith, un tobogán para tirarse individualmente o con una rosca inflable en pareja y atravesar una pileta repleta de tiburones. A algunos metros también encontramos The Power Tower, una estructura cuadrada de 40 metros de altura con cuatro toboganes no aptos para miedosos: The Drop, The Falls, The Surge y The Abiss, en el que caes vertiginosamente por un tubo completamente oscuro.
Los amantes de la naturaleza se pueden dar una vuelta por Dolphin Cay para nadar con delfines, o reservar un turno en Singray Lagoons para alimentar y nadar con mantarrayas. También está la experiencia entrenador por un día, en la que pasás toda una jornada con un especialista en animales marinos, interactuando con delfines, lobos marinos, mantarrayas y hasta alimentando tiburones.
A la tarde un poco de relax. Si estás con amigos, el spot ideal es Cain, una pileta exclusiva para huéspedes de The Cove mayores de 18 años, con música, tragos y mesas de juego al aire libre. Sino, te recomendamos ver el atardecer en Laguna Paradise, la playa que se ubica en el centro del hotel, en la que se puede hacer un poco de kayak, buceo o andar en unos triciclos gigantes para agua.
Para la cena, Mesa Grill o Nobu son los restaurants que no te podés perder, ya sea con platos caribeños o el mejor sushi. Y, para cerrar el día, un poco de azar en las mesas de póker y a bailar a Aura, el mejor club nocturno de Bahamas.
¿Te tentamos? No podés dejar de ir. Descubrí mucho más del hotel en la web, y seguilos en Instagram para enloquecerte con una dosis diaria de fotos del paraíso.