Esta carta de Pier Paolo Pasolini, traducida por el mismo Ginsberg y por Annette Galvano, apareció en la revista literaria “Lumen/Avenue A” de Nueva York. La traducción es del poeta, traductor y crítico Antonio Nazzaro, autor del reciente libro “Appunti dal Venezuela. 2017: vivere nelle proteste”, editado en Italia.
A Allen Ginsberg – New York *
[Milán, 18 octubre 1967]
…..Querido, angélico Ginsberg, ayer en la noche te escuche decir todo lo que te pasaba por la cabeza sobre Nueva York y San Francisco, con sus flores. Te dije algo de Italia (flores sólo de floristas). Tu burguesía es una burguesía de LOCOS, la mía es una burguesía de IDIOTAS. Tú te rebelas contra la LOCURA con la LOCURA (dando flores a los policías): ¿Pero cómo rebelarse contra la IDIOTEZ? Etc. etc. Estas fueron nuestras palabras. Pero mucho, mucho más bellas fueron las tuyas y también te dije el porqué. Porque tú que te rebelas en contra de los padres burgueses asesinos, lo haces quedándote dentro de su mismo mundo… clasista (sí, en Italia nos expresamos así) y entonces estás obligado a inventar de nuevo y completamente – día por día, palabra por palabra- tu lenguaje revolucionario. ¡Todos los hombres de tu América se ven obligados a expresarse, y a ser inventores de palabras! Con nosotros aquí sucede todo lo contrario (incluso los que ahora tienen dieciséis años), ya que tenemos nuestro lenguaje revolucionario armado, con su propia moral. También los chinos hablan como empleados públicos. Y también yo – como puedes ver. No logro MEZCLAR LA PROSA CON LA POESÍA (como lo haces tú) – y NUNCA logro olvidarme de mí, y naturalmente tampoco en este momento – de las funciones del lenguaje.
…..¿Quién nos dio – tanto a jóvenes y viejos – el lenguaje oficial de la protesta? El marxismo, cuya única vena poética que tiene es el recuerdo de la Resistencia, y que se renueva ante la idea de Vietnam y Bolivia. ¿Y por qué me quejo de este lenguaje oficial de la protesta que me da la clase obrera a través de sus ideólogos (burgueses)? Porque es un lenguaje que nunca prescinde de la idea del poder, y por lo tanto es práctico y racional. ¿Pero la Práctica y la Razón no son las mismas divinidades que han vuelto LOCOS e IDIOTAS a nuestros padres burgueses? ¡Pobre Wagner y pobre Nietzsche! Ellos cargaron con toda la culpa. ¡Y ni hablemos de Pound!