Creo que esta es la época del año que mas me gusta, sobre todo por todas las cosas nuevas que voy descubriendo que van llegando al supermercado. Lo mejor de todo ¡las frutillas!
Las conocés en licuados, en ensaladas de frutas, como postre y hasta mermelada… pero seguro que nunca te animaste a mezclarlas en una ensalada fresca, ideal para un día de sol y calor. Después del atracón que nos dimos ayer, cuando nos juntamos a hacer las recetas, les prometo que no hay nada mejor que revivir el cuerpo y el alma, con un poco de verde y el toque justo de dulce.
Así que acá estamos, prometiéndote que lo que tiene de particular lo tiene de rica, esta ensalada primaveral que hace de la frutilla su ingrediente secreto y su arma mortal. ¿La preparamos?
Ensalada de verdes con frutilla
*30 minutos*
(Por Itsvan y Reinaldo, fotos de Sofi Garay,
con vajilla de Paul French Gallery, producción de Mundo Flaneur)
INGREDIENTES (para 2 personas)
• 1 atado de espinaca
• 1/2 atado de rúcula
• ½ lechuga mantecosa
• 150 gramos de queso duro (puede ser sardo, reggianito, parmesano o el que más te guste)
• 200 gramos de frutillas
• 150 gramos de nueces
• 150 gramos de castañas de cajú
• 180 gramos de champignones (ideal si podés, Portobellos)
• Aceite de oliva
• Sal
• Pimienta
• Curry
• Aceto balsámico
• Miel
• Pan para acompañar. Nosotros usamos un pan de campo espectacular de Le Pain Quotidien.
VAS A NECESITAR…
• Un bowl grande
• Cuchillos
• Una cuchara de madera
• Bowls chicos para armar la vinagreta
• Una tabla para picar
• Papel absorbente
PREPARACIÓN
Lavá y secá todas las frutas y verduras (menos los champignones). Si querés, con la ayuda de un cuchillo podés retirarle el tallo a todas las hojas verdes. Si no, corta las hojas con la mano o un cuchillo de cerámica para que no se oxiden y reservalas.
Picá las nueces y las castañas en una tabla para lograr trozos más chicos, o colocalas en un repasador limpio y con un martillo de cocina trituralas apoyando el repasador sobre la base de la mesada. Rallá el queso, o cortalo en láminas delgadas y reservalo.
Cortá las frutillas en cuartos o láminas (como más te guste), retirando las hojas verdes de la fruta y reservalas.
Sacale el tallo a los champignones y cortalos en cuartos o en láminas. Tené en cuenta que no se lavan, sino que se limpian con un trapo seco o papel absorbente con cuidado. Si tenés tiempo y querés hacerlo más pro, podés retirar la piel del champignon desde la base donde está el tallo con la ayuda de un cuchillo, tirando de la piel desde adentro hacia afuera hasta que quede completamente blanco.
Mezclá todos los ingredientes en un bowl..
La vinagreta es una emulsión que combina 3 partes de aceite (preferiblmente oliva) y una parte de vinagre. Al vinagre (en esta receta usamos aceto balsámico) se le van agregando el resto de los ingredientes: aceite de oliva, miel, curry (el que quieras, para darle un gusto más especiado), sal y pimienta. Se pueden agregar primero los secos, la miel, e ir incorporando el aceite en forma de hilo. La idea es que quede una salsa de consistencia espesa y de sabor agridulce. Cuando esté a tu gusto, sumala a la ensalada.
Tostá unas rodajas de un buen pan de campo con manteca, ¡y a comer!