Todo empezó en el invierno de 2008, con un kiosco de sopas en la Ciudad Cultural Konex. Tres amigas, dos ollas y una cocina doméstica, pero mucho amor y más dedicación. De a poco, los que pasaron por el kiosco empezaron a pedir sopas en casa y, en seguida, el verano obligó a cambiar el menú. Entonces surgió Copetín, al ritmo de las estaciones y los cumpleaños. Después llegaron los eventos: lanzamientos, desayunos, maratones y, en marzo de 2009, el primer casamiento. Paulatinamente, el kiosco se volvió un emprendimiento y el emprendimiento, una empresa que ofrece mucho más que catering.
El equipo está integrado por tres socias mujeres, madres, provenientes de diferentes áreas: moda, finanzas y diseño. Victoria Lamdany, Julieta Abadi y Marina Ini son las encargadas de vestir la mesa y recibir a los invitados de manera que no quieran irse y esperen con ansias volver. Es que el corazón de una mesa Copetín es la comida, y en ese sentido la marca tiene un espíritu clásico: todos los elementos de un evento son atendidos con la misma dedicación. Pero lo primero y principal es que la comida sea riquísima, así que con platos simples y elementos frescos, las propuestas son siempre sofisticadas sin ser pretenciosas, sanas sin ser aburridas, abundantes sin ser excesivas. Tienen la calidad de la alta cocina y la amabilidad de la comida casera.
El servicio está pensado a la medida de cada evento, small, médium o extralarge, y sabe adaptarse, no solo al número de invitados sino al espíritu de cada cliente, que finalmente es lo más importante. Pueden ser desde eventos corporativos, festejos privados, casamientos, cumpleaños infantiles hasta producciones. Y lo nuevo es su propuesta “Copetín Listo!” un delivery de catering para agasajar facil, rico y lindo en donde quieras. Los platos ricos de siempre vienen en bocados individuales listos para armar una linda mesa y servirlos sin tener que usar cubiertos.
Tal es la historia de Copetín. Es una historia de éxito espontáneo, del feliz encuentro entre el trabajo y la inspiración. Todo riquísimo.