Alisarse o no alisarse, esa es la cuestión. En los últimos años parece que el alisado se volvió un must en las cabelleras de las argentinas, y les aseguro que es casi una religión para la mía. Tengo rulos de chiquita, y nunca los supe llevar. Hace ya tres años que, cada cuatro meses sin falta, el frizz y descontrol de mi abundante (por demás) cabellera me desespera y recurro a Esteban, mi gurú del pelo que me acompaña hace años y no cambio por nada, para que venga a casa y con una poción mágica haga que esos rulos desubicados se vuelvan ondas suaves, sedosas y manejables.
Durante todo este tiempo aprendí mucho sobre un tratamiento que está en el ojo de la tormenta desde hace un tiempo, porque existe ese tal vez mito urbano que “da cancer” (igual que comer comida apenas salida del microondas o llevar el celular en el bolsillo), que es malo para la salud, que el pelo nunca jamás de los jamases volverá a ser el mismo… así que armé este post para desmitificar, para que nos saquemos las dudas y decidamos si finalmente el alisado es para nosotras.
Es verdad que el alisado no es lo mejor que hay para el pelo, porque aunque lo hace lucir suave, fuerte y brillante debilita la estructura del pelo, lo afina y afecta su resistencia. Hay diferentes tipos de alisados: el de hidróxido de sodio o guanidina, que es más frecuente en los cabellos super rizados o afro-étnicos; el de tioglicolato, el más utilizado, que usa los mismos químicos que para las permanentes y se suele fijar con una planchita después de la aplicación; el alisado japonés, que usa mayor concentración de tioglicolato para producir un efecto más marcado en la primer sesión, y el alisado con keratina, que supuestamente incorpora los aminoácidos y polímeros de esta proteína al proceso, haciéndolo menos agresivo. En ningún caso deberíamos usar alisados que contengan formol, ya que su uso es tóxico en los seres humanos. Los efectos de su uso son muy notorios: irrita las vías respiratorias (nariz, boca, garganta) y la vista, enrojeciendo los ojos, y hasta puede lastimar la piel generando dermatitis.
El alisado es para todos. Si bien un pelo virgen (sin tratamientos químicos como tinturas, decoloración o que se someta regularmente al uso de planchita y secador) suele resistir mejor el tratamiento, si te teñís el pelo podés alisarlo sin problemas (se recomienda esperar una semana para colorar el pelo después del alisado), aunque el efecto probablemente dure menos y el daño sea más visible. Los expertos recomiendan alisarnos el pelo cada 4 a 6 meses como máximo, ya que si lo alisamos muy seguido vamos a notar que por los efectos de los químicos el pelo se quiebra, las puntas se afinan y el cabello está debilitado.
Es vital cuidar el pelo después del alisado, no solo para que dure más sino para ayudar a recuperarlo. No es muy diferente a la tintura, que tiene cremas especiales para ayudar a prolongar la coloración. En este caso, los productos que contienen ceramidas, aminoácidos y poli-quaterniums son los mejores a la hora de cuidar un pelo alisado, y así mantenerlo durante mucho más tiempo.
Y personalmente les dejo un tip que a mi siempre me funciona antes de alisarme el pelo: lávenlo con shampoo neutro y sin crema enjuague previo al tratamiento, para que el pelo quede un poco mas poroso de lo habitual y el alisado sea más intenso.
Ustedes ¿se alisan el pelo?