Este domingo 4 de noviembre en el Patio del Konex se volverá a vivir una nueva edición del festi más lindo del mundo: el Festival Buena Vibra. En vísperas de otra jornada de música, arte en vivo, exposiciones y las ganas de vivir el hoy, entrevistamos a Benjamín y Joaquín Fernández Speroni, los fundadores del festival que ya se convirtió en una cita obligada para los jóvenes inquietos.
Combinando sus habilidades, siendo Joaco manager de bandas y fechas y Benja diseñador gráfico, ambos se unieron para dar con una ocasión que celebra la juventud y siempre convoca. Aprovechando al máximo los espacios del Centro Cultural Konex, en el mismo escenario tocarán en vivo músicos emergentes y consagrados mientras mientras que afuera, en la Expo Buena Vibra, artistas pintarán e imprimirán serigrafía en vivo, sumado a los partidos de ping-pong y futbol tennis, que ya son característicos del festi que vamos a poder vivir a partir de las 16hs del cierre de esta semana.
“En una ciudad que vibra, vibra la cultura, vibra la gente. La Buena Vibra es una actitud que se contagia y nos acerca”, nos cuentan los “hermanos Buena Vibra”. Por eso, decidimos arrancar la entrevista con la siguiente pregunta:
¿Qué es la Buena Vibra?
La Buena Vibra es un estímulo que te hace vibrar en un cierto estado; de alegría, de risas, de familiaridad, de fascinación y otras miles de cosas más. Es estar entre amigos, pasar un momento. A la vez es un código que compartís con gente que por ahí ni conozcas pero lo sentís, lo sabés.
¿Y el Festival Buena Vibra?
El festival es una mezcla de todo eso, es un lugar para vibrar con la música, con el arte, la fotografía, la gente.
Nosotros creemos en que cuando todo eso se junta se vuelve mucho más que salir ver bandas tocar en vivo, es un lugar donde te encontrás con gente que está en la misma que vos, que está despierta, que tiene los ojos abiertos y las orejas limpias, que busca lo nuevo y tiene la apertura mental como para entenderlo cuando lo encuentra.
¿Cómo nace y qué propone?
Esto empezó hace tiempo cuando apenas era unos ciclos con bandas de amigos y malabaristas, en barcitos y boliches, pero fue creciendo con el tiempo. No fue algo que se dio solo, sino producto del empuje y la garra que le ponía Joaquín. Él la vio y siempre le tuvo fé a la idea, yo (Benjamín), al verlo tan determinado, lo acompañé y lo apoyé durante este largo camino, a veces arduo y a veces con sus recompensas.
Creo que lo que principalmente propone es ser tierra fértil, tanto para los músicos como para los espectadores. Una vez tocó Poncho y, después de haber estado en el escenario, Javier Zucker lo resumió bastante bien, dijo que estaba sorprendido porque eran “pibes mirando pibes” en referencia a que había tanto jóvenes abajo del escenario como arriba de él.
En el mundo de la música nos fuimos acostumbrando a ver a personas consagradas que llenan estadios, pero para nosotros es mucho más gratificante ver gente jóven fresca interpelando con público de su misma edad. Creemos que un espacio así es vital y necesario para la juventud, es cultura en su mejor forma.
¿Cómo es organizar un festival entre hermanos?
Trabajar entre hermanos es genial y a veces un poco complicado. Tenemos la confianza en que siempre estamos tratando de llevar agua al mismo molino, es algo que lo tenés en la sangre. Sabés que no hay mala leche en los errores que se puedan cometer en el camino, se tienen que poder hablar las cosas hasta entendernos porque siempre vamos a ser hermanos pase lo que pase. Pero por otro lado, somos muy parecidos en cuestiones de carácter y cuando chocás con un hermano a veces te lo tomás muy personal, pero creo que sabemos volver de esas situación bastante bien. También ayuda mucho que trabajamos con más personas en el equipo, como Martín Palazzo, él es el tercero que muchas veces desempata cuando no estamos de acuerdo.
¿Qué cambió desde su primera edición hasta la de este fin de semana?
Cambiaron muchas cosas desde el primero, fuimos aprendiendo muchos sobre los yeites de los distintos venues. Fuimos creciendo y nos enorgullece que tengamos buena relación con la mayoría de los músicos que pasaron por el festival. Siempre tratamos de pensar en cómo ayudarlos a que den el mejor show posible, ayudar al artista es algo que siempre va a beneficiar al festival, es algo que el público lo percibe.
¿Cuál es la premisa con la que seleccionan a los artistas?
En su comienzo eran bandas más chicas o más emergentes. Con el tiempo fuimos logrando mezclar artistas más consagrados con los que están irrumpiendo en la escena. Nos da mucho placer, poder armar line-ups que cuentan con un headliner grande como Emmanuel Horvilleur y ahí no más lo sigue Bandalos Chinos, que es una banda que ya está posicionada como una gran banda del momento. También Morbo y Mambo, Telescopios, le suman su propio color. Por otro lado, creemos que es importantísimo incluir a la voz femenina en el Festival. Hay un montón de artistas mujeres súper talentosas que necesitan un espacio en los escenarios. Este domingo, elegimos a Candelaria Zamar, Chita y Weste para que demuestren que las chicas siempre están presentes.
¿Qué esperan del Buena Vibra? ¿Hacia dónde va?
Al Festival le vienen cosas muy buenas y grandes. Todavía no lo podemos difundir pero estamos cocinando algo increíble.
Y con ese cierre, nos quedamos escuchando a los músicos que van a romperla este domingo a través de la playlist de Spotify oficial del evento:
Agradecemos a Joaco y Benja por la buena vibra y a Toto Pons por las imágenes y avisamos que quedan disponibles las últimas entradas anticipadas en la boletería digital del Konex. Aprovechen porque están que arden (si llegan a sobrar, se venderán más caras en puerta, ya saben cómo es pero apúrense porque están volando).
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