Pinturas realistas contemporáneas del artista Adam Normandin de Los Ángeles, California.
“Para mí”, explica Normandin, “los trenes de carga son como los desvalidos; Sobrevivientes, que avanzan sin descanso a pesar de las probabilidades, las condiciones o las circunstancias. Son viajeros, cada uno con marcas únicas de tiempo y resistencia. Superficies desgastadas, óxido y grafitis… Todo ello evidencia la experiencia acumulada. Colectivamente, estos detalles revelan historias veraces y conmovedoras que transforman objetos ordinarios en veteranos mundanos y consumados. Se enriquecen con la historia y una belleza inherente mucho más allá de la superficialidad. Con más de 150 pinturas de trenes (y contando), he aprendido que un compromiso con un solo tema no solo aumenta mi visión creativa, sino que ha ampliado mi sentido de propósito de una manera que solo puede venir con una relación a largo plazo. Al final, los trenes me recuerdan que solo importa el viaje”.