Mi hermana me hizo fan de Soda Stereo allá a principios de los 90, en la época de consagración de la banda. Yo era chica, de hecho Persiana Americana se lanzó en el año de mi nacimiento, y ella no era mucho más grande que yo. Pero en casa, por las tardes, “De música ligera” sonaba al máximo posible en los parlantes de la doble cassetera que robábamos de la cocina, loopeando al infinito después de una rebobinada con birome de por medio.
El año en que los Soda se separaron, y en un paseo por Palermo Viejo, fue cuando las dos conocimos Trosmanchurba y descubrimos en las creaciones de Martín Churba y Jessica Trosman un nuevo ingrediente en la cultura pop de Buenos Aires. Admito que mi amor por la moda llegó mucho (muchísimo) después, pero había algo en esa superposición de telas y los engomados con toques artesanales que tocaron una fibra y marcaron una época.
La experiencia táctil, combinada con la mezcla de colores brillantes y esa ligera sensación de capricho artístico es, fue y será inigualable. Y quién mejor para probarlo que ellos, Jessica y Martín, que de la mano de Falabella, el retail más grande de Argentina, volvieron para crear una colección artística de sweaters inspirada en las tramas y colores de la nueva línea de la marca, que se suben a la máquina del tiempo y retornan con lo mejor de esta dupla explosiva.
Diversidad de texturas, colores y estampados con los infaltables engomados dieron forma a las diez piezas, una por cada año pasado desde su separación, que se pavonearon el martes por la mañana en el museo de Arte decorativo. Como si un desfile fuera poco, los diseñadores se animaron a intervenir las rejas que rodean la plaza de la República de Chile (de donde es originaria Falabella) con toneladas de color, infinidad de telas, redes y hasta frutas, formando un gran telar urbano.
Y aunque las piezas son sólamente una propuesta visual, proponen una base para la colección de sweaters que estará a la venta a partir del 3 de mayo en Falabella, con una línea de prendas que prometen ser suaves, versátiles, con toques de folk, rock, y tramados para llenar de color a la ciudad.
“Me verás volver” cantábamos bien fuerte en el retorno a casa. A veces, y aunque sea de a ratitos, da gusto cuando los ídolos se dan una vuelta.
Ph. Lu Bertolini.