La ciudad de Arida en la prefectura de Wakayama es la famosa tierra de producción de naranjas en Japón. Estas naranjas son ricas en sabor y las cáscaras son tan fáciles de pelar que incluso los bebés pueden comerlas. Como son tan delicadas y difíciles de cultivar, la cantidad que sale de la producción es muy poca. De hecho, la escasez de población en al zona de cultivos de naranjas, sumado a la disminución de los sucesores que están dispuestos a hacerse cargo del negocio, casi hizo que las naranjas desaparecieran de la granja. Pero en 2009, desarrollaron una marca conocida comoo “KINPACHI MIKAN” que poco a poco se hizo famosa en todo el país.
Entre estas naranjas, la KINPACHI MIKAN 1/100 es sorprendentemente dulce el ejemplar perfecto se puede encontrar dentro de las probabilidades de una en cien naranjas. Debido a su rareza, no se puede encontrar en ningún otro lugar que no sea la tienda real ‘Kadoya’.
La agencia japonesa MARU, encargada del diseño del packaging de estas naranjas que celebran la creme de la creme de la producción del país, quisieron abordar ese concepto general “una de cada cien naranjas”. Para eso, la caja está diseñada con un simple icono naranja. La caja de cartón exterior muestra la fracción de 1/100 y representa una imagen de la arboleda que se encuentra en la ladera de la montaña, mientras que en su interior se representa el único y brillante color naranja.
En Japón se acostumbra a realizar un regalo a fin de año para demostrar gratitud. Las naranjas son consideradas uno de los regalos perfectos para el invierno, y es por esto que pensaron el packaging como un mimo tanto para el que da como para el que recibe, con este diseño completamente adorable.