El Petit Grand Café ‘t Kanon en Gante, Bélgica, luce una atmósfera atemporal tras su renovación. Ahora muestra un equilibrio entre los detalles de los años 50 y nuevos elementos de aire vanguardista.
Espectacular reapertura
El Petit Grand Cafe ‘t Kanon reabre sus puertas con una imagen totalmente renovada. En la reforma, se han mantenido sus referencias históricas de los años 50 combinándolas con elementos actuales. El estudio de arquitectura, interiorismo y escenografía Altu, en colaboración con Studio Stories, especialistas en dirección creativa y estilismo, firman el rediseño de este café en el centro histórico de Gante, en Bélgica. El resultado es doble: íntimo de día y animado de noche. Todo ello complementado con detalles parisinos y grandeza milanesa. Sin olvidar la idiosincrasia tranquila de los habitantes locales de Gante.
Que nunca pase de moda
Cuando comenzó la renovación de este local tan conocido y casi intocable en la parte antigua de esta ciudad medieval, los propietarios aprovecharon la oportunidad para crear algo atemporal. Los tres empresarios hoteleros dieron carta blanca a los equipos de diseño para crear la nueva imagen rompedora. Ahora el local potencia las cosas simples de la vida: una silla cómoda, buena música y la seguridad de poder probar algo sabroso para comer y beber.
Los sofás empotrados de cuero natural con madera de caoba oscura, cálida y profunda brindan espacios confortables. Así, Petit Grand Café ‘t Kanon es igual de acogedor en las frías noches de invierno, como en verano, cuando las ventanas de guillotina están completamente abiertas. El letrero ‘Abierto hasta tarde’ en las puertas marca el ambiente de bienvenida y conecta los espacios interiores con la gran terraza exterior.
La nueva barra central
Las mesas de madera, cubiertas con cuero suave de color azul oscuro, combinan con una nueva barra central en forma de herradura y el techo de madera. Elementos que mantienen un diálogo espacial con la fachada curva original.
El espacio se divide en dos zonas acogedoras. Equilibrando referencias históricas y detalles vanguardistas, el nuevo interior luce un estilo atemporal.
Los viejos suelos de terrazo y las ventanas de vidrio han sido cuidadosamente restaurados y complementados con paredes cálidas y techos de caoba que recuerdan a los antiguos bares icónicos de los años 50. Mientras, los detalles de metal, espejo y vidrio pulidos a mano aportan un toque futurista e incluso una sensación de movimiento y amplitud. Incluso en el baño, un antiguo lavabo de cerámica y lámparas modernas de vidrio de los años 70 encuentran su lugar junto a eclécticos azulejos de mármol.
Lámparas vintage aportan el toque lleno de estilo de la iluminación cálida y acogedora del interior. El resultado es un ambiente emocionante con aires renovados. Un homenaje al pasado histórico de este lugar que aporta, a su vez, una versión muy contemporánea.
(vía) Texto: Sara Barragán del Rey | Fotografías: Eefje De Coninck en Senne Van der Ven / Studio Stories