Luego del exilio de los grandes nombres de la moda durante los últimos años, con marcas como Cartier, Ralph Lauren, Ermeneguildo Zegna y Kenzo cerrando sus puertas luego de varios años en el mercado de la moda argentino, quedaron pocas joyas de la alta moda brillando en la tradicional Avenida Alvear. Hermès, lejos de sumarse al exilio, hizo las valijas y se mudó a pasitos de su histórico local para ocupar la plaza que dejó vacante Louis Vuitton en la esquina de Ayacucho y Alvear a mediados del año pasado.
Una casa más grande y con mucho lugar para sus bellas creaciones, la maison francesa inauguró su nuevo local vistiendo sus vidrieras con el diseño de la artista Franco Argentina Luna Paiva. El motivo selvático de los dioramas que adornan las ventanas nace inspirado por los viajes del naturalista francés Aimé Bonpland y Alexander Humboldt, en especial por su paso por nuestro país. Uno de los grandes ventanales se viste de azul, con estantes y globos para albergar las piezas de la colección para la casa, mientras que el otro se ilumina en tonos verdes escondiendo entre el follaje las más exóticas carteras y pañuelos de la marca.
Además, en dos cubos de vidrio anexos encontramos piezas de la serie Bronze Sculptures de la artista, con pequeños cactus hechos íntegramente en bronce, acompañados de los accesorios esmaltados con colores brillantes de la nueva colección de Hermès.
En el interior, un ambiente grande, cálido y amigable nos invita a recorrer las últimas novedades en cueros, sedas, perfumes, colecciones de hombre y mujer, accesorios, marroquinería, joyería, relojes y hasta la colección de la marca para la casa. No falta la bellísima Kelly o los collier de chien para adornar muñecas, y esos fabulosos carrés de seda que se llevan todos los suspiros. Visita obligada.