Munich tiene una gran cantidad de atractivos: edificios, museos, parques…y “La ola”. Abajo de uno de los puentes del rio Eisbach, a partir de una piedra que había en el fondo, se formo una ola. Con el tiempo, se fue moviendo hasta quedar en una posición perfecta, y ser surfeable. A partir de eso, se fue creando toda una clase de surfistas de ciudad.
Para perfeccionarla y darle mayor forma y altura, cruzaron a lo ancho sogas atadas con mosquetones en los extremos. La piedra, las sogas y la corriente, le dan estabilidad todo el año. Ahora, a pesar de estar prohibida, ya es un emblema de esta ciudad, donde sin importar el clima hay surfers y público para apoyarlos.