El artista David Oliveira trabaja con alambre de una forma bastante poco convencional, cortándolo y torciéndolo para convertirlo en esculturas que bien podrían confundirse con bocetos en lápiz de dos dimensiones.
Su trabajo es muy particular, porque es necesario ubicarse en la perspectiva adecuada para diferenciar la obra de una masa amorfa de líneas. Pájaros, leones, tigres y hasta un pelícano en vuelo, su colección es fascinante.