Los autos sucios son fuente inagotable de poesía urbana, pero lo de Scott Wade no tiene nombre. Con un poco de tierra y pincel en mano, el artista oriundo de Texas hace de los parabrisas un lienzo para su arte efímero.
Obras clásicas como Dogs Playing Poker, retratos de estrellas pop o escenas de película, nada se salva de ser inmortalizado por Wade, al menos hasta la próxima tormenta.