Es una tradición anual, los Oscar de la moda. Un nuevo año para una muestra en el MET, esta vez dedicada al diseñador Charles James y especialmente armada para hacer énfasis en la construcción de sus vestidos. Charles James: Beyond Fashion, plantea un recorrido por los voluminosos vestidos del diseñador que inspiró a Cristóbal Balenciaga y Christian Dior, una muestra despojada que se diferencia marcadamente de las anteriores a las que nos tenía acostumbrados el museo, con todos los vestidos en un gran ambiente sin dioramas y adornos, haciendo foco exclusivamente en las piezas.
Diseñador de diseñadores, tal vez es más adecuado para ser el homenajeado en la apertura del nuevo espacio donde año a año se van a realizar estas muestras avaladas por Vogue, el primer espacio donde el diseñador tuvo la oportunidad de mostrar sus vestidos de la mano de su amiga personal Cecil Beaton. El flamantemente renombrado Anna Wintour Costume Center será, a partir de ahora el lugar donde las muestras relacionadas con la moda tengan lugar en el museo, con la tradicional gala anual, llevando el nombre de la icónica Editora en Jefe de la Vogue norteamericana, Anna Wintour.
Para la apertura, la alfombra roja se plagó de estrellas del cine, la moda y la música. A diferencia del año pasado, donde el rosa de Schiapparelli y la temática punk fueron respetados casi a rajatabla, el dress code de este año fue un poco más relajado, con muchos cropped tops y transparencias pero también con varios vestidos con exagerados volúmenes, tal vez una de las pocas formas de homenajear a James.
¿El resultado? un cambalache de looks que dejaron mal paradas a experimentadas fashionistas como Lupita Nyong’o, con un horror de plumas y brillos con vincha incluida cortesía de Prada, o a Jessica Alba, con un Diane Von Furstenberg más parecido a un mantel de la casa de mi abuela que a un vestido, pero especialmente a Kate Upton, con un Dolce & Gabbana para el olvido.
Pocas lograron recuperar el espíritu de James como Sarah Jessica Parker en un Oscar de la Renta que, si bien no es el vestido más lindo que la hemos visto usar, acompañaba al pie de la letra a la temática de la noche. Ashley y Mary-Kate Olsen también siguieron la estética con reverencia, ambas con vestidos vintage de Chanel y Ferre. Y, sin dudas, una de las más lindas: Charlize Theron, aún inexplicablemente de la mano de Sean Penn, en un Dior blanco y negro ideal para cerrar la noche en lo más alto.