Los miércoles y sábados de octubre la librería La Libre se transforma en escenario de la tercera edición del ciclo Enredadera. Ciclo en el cual la literatura y el teatro se entrecruzan y rebasan sus límites creando una experiencia única para el espectador. Habiendo presentado textos de Naty Menstrual y Gabriela Cabezón Cámara, en esta oportunidad, el colectivo de mujeres a cargo del proyecto presenta tres textos de Fernanda García Lao. Cada texto se encuentra dirigido por diferentes directoras, en esta oportunidad por Danae Cisneros, Agustina Suárez y Nadia Sandrome.
Desde que se entra por las puertas de la librería ya en penumbras se puede detectar que lo que se va presenciar no es sólo teatro, hay algo más. Al comienzo, entre las estanterías resuena la voz de García Lao preparando al espectador para lo que sigue. Cada obra propone un recorrido por distintos lugares de la librería permitiendo enfrentarse a múltiples experiencias de ambientación. Los espacios, las luces y la música cargan los lugares de poesía mientras se ven tres mujeres distintas paradas al borde del abismo, preparadas para saltar al vacío.
La literatura se corporiza cuando las actrices Candelaria Sesin, Melina Benítez y Marina Carrasco se hacen brillantemente de las mujeres de Fernanda García Lao. Se despliega, entonces, para los espectadores la vulnerabilidad y soledad completa de estos personajes. Una vulnerabilidad que es llevaba al límite de lo ridículo pero que, también, es dolorosamente cercana porque estos personajes son mujeres en situaciones conocidas. Todas gritan frente a la violencia de la imposición que viene desde afuera y gritan ante la inmensa soledad que supone no adaptarse a los estándares ajenos.
Al final, las luces se prenden, el espacio sigue siendo parte escenario y parte librería en el que brillan nuevamente los innumerables títulos de libros y las sillas abandonadas. Enredaderas excede al teatro y excede a la literatura en sí misma, plantea un espacio de experimentación colectivo con los diferentes escritos, espacios y desde el intercambio con el público. Llega a generar un lugar nuevo para la poética, desde textos no convencionales pero inmensamente bellos y, sobre todo, necesarios. No se puede más que recomendar esta experiencia.
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