En la tarde del sábado 15 de septiembre, en el marco del festival de creatividad digital y música electrónica MUTEK, se reunieron en una de las salas de cine del Centro Cultural San Martín diferentes organizaciones de mujeres relacionadas con la música electrónica, el periodismo, la programación y la producción audiovisual para contar sus experiencias y dar su visión sobre cómo es trabajar hoy en las artes digitales.
El encuentro fue organizado por Amplify, una iniciativa que conecta a veinte artistas y curadoras en las artes digitales buscando amplificar los trabajos de mujeres, personas trans y personas no binaries.
Maia Koenig y Mariela Ardazun de Feminoise contaron que se están expandiendo a Uruguay, Brasil, La Plata y Mendoza. Criticaron el hecho de que casi siempre las ciudades capitales se vuelven muy centro. Resaltaron que cada contexto tiene su propia necesidad y que es muy importante dejar atrás la competencia para crear grupos de contención donde se generen lazos de amistad.
Después de ellas siguieron Natalia Perelman y Paulina Chiarantano de Red Mujeres en el Sonido .
Hicieron referencia a la situación que viven las mujeres en el área: “Si las mujeres en general en los escenarios están invisibilizadas, imagínense las que estamos detrás de las perillas, las consolas y la producción en general. Es realmente una posición de nulidad”.
Natalia contó que empezó hace 18 años. Desde chiquita leía todas las fichas técnicas, le interesaba el asunto de cómo se producía un disco, se declaró una nerd de todo eso.
Expresó que un día, en el año 2000 se le ocurrió entrar a PANDA, uno de los estudios más importantes en Argentina, y cuando se quiso acercar el dueño le dijo: “todo bien pero esto no es un trabajo para una mujer”. Lejos de importarle, insistió hasta que le dieron la oportunidad y trabajó gratis durante 6 meses.
Hoy, 18 años después, nota que el panorama cambió de una forma abismal: “Yo a pesar de todas las cosas que estamos viviendo hoy en día, tanta injusticia o invisibilización, me siento contenta. Es muy enorme el cambio, la aceptación y sobre todo la hermandad que estoy sintiendo con muchas chicas. Durante muchos años pensé que era la única mujer que estaba en el sonido”.
Otra de las chicas se sumó y contó que hace 5 años está trabajando en estudio y siente que se suele armar una especie de mitología de las mujeres en la música electrónica. “A mi cuando me contrataron por primera vez en un estudio me dijeron que lo hacían porque tenían una visión más delicada, cómo que iban más al detalle. Estaban grabando METAL, ¿dónde se supone que está el detalle en ahí? Sobreviví a eso. Una va abriendo sus caminos. Creés que sos la única y hay cosas que no te animás a decir. En esto nos estamos empezando a acompañar”, afirmó.
Resaltaron lo importante que es tener una mentora: “Gran parte de lo que hacemos lo aprendemos de otre. Es muy difícil aprender en las escuelas de producción o con videos de youtube. El entendimiento viene a través del pasaje de experiencia e información. Y ahí es donde se complica, cuando solamente son hombres los que están.”
Sostuvieron que hay que incluir mujeres en equipos de trabajo: “Si hay un mentor masculino es más probable que las generaciones siguientes de técnicos sean hombres. Es difícil que el técnico varón elija una asistente para pasar sus conocimientos.”
Agregaron que la organización no sólo está compuesta por profesionales sino que hay personas que están porque simplemente les gusta.
Por último, dijeron que la organización ofrecen talleres, como por ejemplo uno sobre armado de cables de audio.
Orgullosamente, expresaron que se inscriben muchas chicas porque no se sienten tan cómodas en otros lugares: “se habla bastante de la experiencia laboral y también de cómo manejarse. Es un buen lugar para conocer gente que se dedica eso.”
Gia Castello, de Chicas Poderosas y Chicas Programando, contó que a través de sponsors y partnership pudieron mandar a siete chicas latinoamericanas trabajadoras de medios independientes o creadoras de sus propios medios feministas a diferentes redacciones de Estados Unidos para que aprendan y luego adapten ese conocimiento de manera local.
También habló sobre lo importante que es trabajar con estructuras e insistió en que hay que salir a buscar espacios.
Con respecto a Chicas Programando, comentó que es otra industria pero los problemas son los mismos: “techos de cristal, desigualdad salarial, violencias de todo tipo en todos los estratos de las organizaciones”.
Dijo que en menos de 6 meses tienen programados 6 eventos con muchas mentoras. “En Chicas Poderosas hay un montón de mentoras mujeres para medios como periodismo, con carreras de 30 años. Pero en programación casi no hay mujeres.Muchos hombres ofrecieron ser mentores. Nosotras queremos que haya, pero sin que pasen los limites, poniendo nosotres nuestra reglas”, agregó.
Laura Ruggiero de Seiren Films contó que apenas terminó de estudiar Diseño de Imagen y Sonido decidió montar su propia empresa. Expresó que desde el 2003 hasta acá pasó por absolutamente todo lo que las chicas contaron antes.
“Me pasó de ir a un set y que piensen que soy la secretaria del mentor que está por llegar, tuve que mostrar el libro del festival para decirle: mi mentor que está por llegar”, añadió.
Dijo que a partir de eso la manera de seguir adelante fue empezar a generar red con otras empresas, personas y agrupaciones: “Nosotros trabajamos específicamente con tres productoras que tienen en su mayoría fundadora femenina o mayoría de integrantes femeninas : Celeste (productora de animación) Acine (productora de cine) Pulpo Films (productora de documentales).