El mago // César Aira
Varias cuestiones circulan en la cabeza de uno antes de escribir sobre una novela de César Aira. En primer lugar -por mencionar tan solo una de ellas- por su consolidada posición como referente de la literatura latinoamericana de los últimos años, que engloba entrevistas, reseñas y lecturas que han dicho mucho. También se puede mencionar la intensidad y fluidez de su narrativa, que hace que en pocas palabras se pueda contar demasiado de una historia que es mejor dejar por develar.
El Mago editado por Random House Mondadori (Barcelona) en 2002 y relanzado en 2017 en Argentina, no escapa a esta descripción. Entre el absurdo, el humor y la ironía, Aira recorre la vida del mago Hans Chans –o Pedro María Gregorini– quien buscará consolidarse como el mejor mago del mundo. Con la simplicidad que conlleva ser un mago de verdad, y la necesidad de mantener en secreto su condición, el protagonista viajará a Panamá para comenzar su camino de consagración y vivirá así diversas situaciones en las cuales la magia tomará el mando de sus actos.
Un enigma recorrerá la historia: el truco que deberá realizar en su presentación –de la cual no conoce horario ni lugar– que le permitirá ser el destacado del congreso sin levantar las sospechas de sus colegas. Hacer aparecer un elefante sin utilizar espejos sería muy evidente; la simplicidad para el disimulo opacaría su performance. Acompañado por un extraño asistente del evento, Hans Chans comenzará un recorrido por la ciudad en busca de inspiración; una búsqueda que se tornará sumamente obsesiva.
La experiencia y la información que posee Aira para crear sus personajes están implícitas en cada rasgo que describe de ellos, en cada actitud que toman ante las distintas circunstancias. Los problemas en torno a la psiquis del mago quedan claramente expuestos a partir de sus reflexiones, y de su sensación de que la magia se apodera lentamente de toda situación cotidiana. Un conflicto interno relatado con una precisa y clara referencia a los distintos conceptos del psicoanálisis.
-¿No se anima?
[Soltó una risa de compromiso.]
-No sé escribir. Quiero decir: no sé escribir libros. Me gustaría, pero tendría que hacer todo el aprendizaje, ir a un taller literario…
-¡Olvídese de eso! Escribir un libro es como escribir una frase. ¿Sabe escribir una frase? Escriba muchas, y es un libro. Cualquiera puede.
-Pero no cualquiera escribe.
-La gente no escribe por una superstición; porque creen que hay que hacerlo bien.
-¿Y no es así?
-Para nada. A nadie le importa si está bien o está mal. No sabrían cómo juzgarlo, por otra parte. ¿Quién sabe lo que hace bueno o malo a un libro? Pero ni siquiera llegan ahí: antes que eso, hay un mecanismo psicológico que anula el juicio.
‘Cualquiera puede’ escribe, con la ironía que lo caracteriza. Hoy, en la Argentina, pocos lo hacen como César Aira.
El mago – César Aira – Literatura Random House – 2017
Por MANUEL OUBIÑA
Nota originalmente publicada en Mundo con libros