Sin repetir y sin soplar, podemos nombrar en menos de un minuto al menos 10 cosas que amamos de los ochentas. The Shining y Volver al Futuro en películas, The Clash y New Order en música, el Walkman, Super Mario Bros, los Space Invaders, el CD, las computadoras y los Transformers. ¿Vieron todo lo que falta? bueno, los ochentas fueron lo máximo.
En esta década y con mucho atino se inspira la nueva colección de Trosman, tomando la revolución tecnológica y la interacción de la juventud de la época con el boom de los videojuegos como punto de partida para una propuesta que viene con poco de Flashdance y mucho del Breakfast Club.
La silueta es recta y holgada, lánguida pero estructurada, con un fuerte planteo de sastrería con moldería voluminosa, reinterpretando las tipologías de la época. Trajes para mujer, buzos como capullos y bomber jackets abundan en los perfectos percheros de la marca, complementando faldas, pantalones de vestir, pescadores y vestidos.
Uno por sobre el otro por sobre el otro, las prendas se apilan en capas que dejan ver detalles de colores, texturas y formas y generan volúmen, el actor protagónico de la colección.
La paleta se pone picante, con tonos híper saturados en fucsias, verdes, amarillos y variantes del rojo, tanto claro y brillante como profundo y bordeaux, acompañados por los eternos neutrales y el negro como conductor.
Las estampas son las reinas, tanto en las texturas de las prendas que generan líneas perpendiculares, paralelas, relieves geométricos y acanalados, como en la reinterpretación del ruido blanco que remite automáticamente a la era del vhs.
No son las prendas de las porristas. Es la ropa de los nerds, con protectores de bolsillo y cuellos de camisa erguidos, medias y mocasines, anteojos de pasta y el mundo en la punta de los dedos. No serían populares entonces, pero hoy son un hit.