Parece increíble pero ya van 6 años desde que Valentino dejó las tijeras de lado para dirigir su imperio, dejando que tomaran las riendas creativas de la maison que supo fundar en los ’60 los jovenes couturiers Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccoli. El cambio de aire le vino muy bien a la marca, que bajo el liderazgo de este dúo está viendo colecciones que encuentran permanentemente nuevos horizontes.
Sin dudas la colección Haute Couture es el faro donde Valentino brilla con su mejor luz. Y es después de una deslumbrante propuesta para la primavera de este año, mezclando influencias arquitectóncias con géneros etéreos, que la casa vuelve a sorprender con una colección pensada para que la alta costura se mude a la calle.
“La alta costura no es sólo para las ceremonias” insisten los diseñadores, enviando a la pasarela modelos con prendas que combinan estampas gráficas con bordados intensos y propone una utilización poco convencional de telas genéricas con géneros de lujo.
En en los detalles donde ésta y todas las colecciones de Valentino se hacen más fuertes. Porque, a simple vista, puede que un vestido de manga larga negro quede en eso, pero es en la precisión de los cortes del láser sobre el astrakhan, con 500 horas de trabajo de bordado con cristales donde se marca la diferencia. O será tal vez un vestido con cola, que parte desde los hombros con más de dos mil perlas e hilo de oro.
Y a pesar de que la colección arranca con estampas gráficas con animales ilustrados con estilo renacentista, a medida que avanza la colección se van presentando bordados y motivos inspirados en el océano que, aunque funcionan a la perfección recargando vestidos cuando se asemejan a un arrecife de coral, resultan extraños cuando se vuelven figurativos como caracoles en vestidos de fiesta.
Lujo y asuteridad, en partes como si fueran salidas de “En el nombre de la Rosa”, el film de los años ochentas protagonizado por Sean Connery, y en partes con cierta reminiscencia a la opulencia que presentaron Dolce & Gabbana en su última colección. Valentino tiene la habilidad de lograr que lo complejo parezca simple y hacer de la simpleza una poesía.